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Kesaria Abramidze: Una vida truncada por el odio institucional

El 19 de septiembre de 2024, el mundo perdió a una de las figuras más influyentes de la comunidad LGTBI+. Kesaria Abramidze, actriz trans y destacada influencer en redes sociales, fue brutalmente asesinada tan solo un día después de la aprobación de la ley antiLGTBI+ en Georgia. Este crimen, calificado como "premeditado con especial crueldad y agravado por su identidad de género", ha sacudido a la comunidad internacional y expone una vez más las terribles consecuencias de leyes que fomentan el odio y la violencia.

La vida y legado de Kesaria Abramidze

Kesaria Abramidze no solo destacó en el mundo del entretenimiento como actriz, sino que construyó una carrera exitosa como influencer en redes sociales. Con miles de seguidores en plataformas como Instagram y TikTok, Kesaria utilizaba su presencia para visibilizar la realidad de las personas trans y crear una comunidad de apoyo, sobre todo para jóvenes que atravesaban sus propios procesos de identidad. A través de su contenido, Kesaria promovía la autoaceptación, el amor propio y la lucha por los derechos de las personas LGTBI+, lo que la convirtió en una figura querida y respetada en todo el mundo.

A lo largo de su vida, Kesaria rompió barreras, no solo en el mundo artístico, sino también como una voz potente y necesaria en un espacio digital que, con frecuencia, es hostil para la comunidad trans. Usó su fama y su influencia para generar un cambio positivo, llevando mensajes de esperanza y resistencia a quienes más lo necesitaban. Su asesinato representa no solo la pérdida de una artista, sino la de una líder social y defensora de los derechos humanos.

La ley antiLGTBI+ de Georgia: Un ataque a la dignidad humana

El asesinato de Kesaria Abramidze ocurrió en un contexto de creciente hostilidad institucional hacia la comunidad LGTBI+ en Georgia. La ley aprobada recientemente bajo la excusa de proteger los “valores y la protección de los menores” está diseñada para restringir los derechos de las personas LGTBI+ de manera severa. Algunas de las disposiciones más peligrosas incluyen:

  • Prohibición total de la “promoción de estilos de vida no tradicionales” en medios y espacios públicos, lo que incluye redes sociales y otros entornos donde Kesaria era muy activa. Esto no solo limita la libertad de expresión, sino que estigmatiza aún más a las personas LGTBI+.
  • Negación de atención médica adecuada a personas trans menores de edad, impidiendo que reciban tratamientos vitales relacionados con su identidad de género, lo que expone a muchos jóvenes a situaciones de crisis emocional y física.
  • Censura en la educación: Las instituciones educativas tienen prohibido enseñar sobre diversidad sexual o identidad de género, perpetuando la ignorancia y la intolerancia hacia la comunidad LGTBI+ entre las nuevas generaciones.

Estas leyes no protegen a los menores; los exponen a una narrativa peligrosa que criminaliza la existencia de personas LGTBI+ y legitima la violencia contra ellas. El asesinato de Kesaria, a manos de individuos que actuaron envalentonados por este clima de odio y represión, es la consecuencia directa de un estado que decidió mirar hacia otro lado ante la creciente discriminación.

La eliminación de derechos: Un camino hacia la barbarie

El asesinato de Kesaria Abramidze es un ejemplo claro de lo que sucede cuando un gobierno decide legislar en contra de la dignidad humana. Las leyes antiLGTBI+ no solo niegan derechos, sino que abren las puertas al odio y la violencia. No se trata de proteger valores, se trata de deshumanizar a una parte de la población, haciéndola vulnerable a ataques crueles y despiadados.

Desde la Asociación LGTBI+ Lánzate, no solo condenamos este terrible asesinato, sino que exigimos que el mundo se levante en defensa de los derechos LGTBI+ antes de que más vidas se pierdan. Las leyes que despojan a las personas de sus derechos básicos no solo son injustas, son mortales. Y mientras estas legislaciones sigan avanzando, el mensaje es claro: la vida de una persona LGTBI+ no es digna de protección.

Las consecuencias de eliminar estos derechos son evidentes. Una sociedad que promueve el odio institucionalizado crea un ambiente de terror en el que las personas LGTBI+ son objetivos vulnerables. No podemos permitir que esto continúe. El asesinato de Kesaria es un grito de alarma, una llamada a la acción para todas las personas que creen en la igualdad y la justicia. Debemos seguir luchando, no solo por quienes ya no están, como Kesaria, sino por las generaciones futuras que merecen un mundo donde puedan vivir libres y seguras.

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